¿Qué es Design Thinking y el Legal Design?

En un mundo legal en constante evolución, las expectativas de los clientes y las demandas del mercado han generado una necesidad urgente de innovación en la prestación de servicios jurídicos. Las metodologías tradicionales, centradas exclusivamente en conocimientos técnicos, ya no son suficientes para abordar los desafíos actuales. Hoy en día, los profesionales del derecho necesitan combinar su expertise con creatividad, enfoque en el cliente y soluciones más accesibles.

Es en este contexto donde Design Thinking y Legal Design emergen como herramientas clave para transformar la práctica legal. Estas metodologías, nacidas del diseño y la innovación, ofrecen un enfoque centrado en las personas, buscando entender sus necesidades y proporcionar soluciones que no solo sean eficaces, sino también comprensibles y alineadas con sus expectativas.

Al integrar estas metodologías, los abogados y las firmas legales pueden ofrecer servicios que priorizan la experiencia del cliente, optimizan procesos complejos y garantizan resultados más claros y accesibles. Design Thinking y Legal Design no solo representan un cambio en el "cómo" se hace derecho, sino que reconfiguran el "por qué" y "para quién" se hacen los servicios legales, acercando el derecho a las personas.

Cambio en el sector legal

La globalización ha eliminado fronteras, llevando a las empresas a operar en múltiples jurisdicciones. Este fenómeno plantea desafíos legales únicos, como la gestión de normativas internacionales, tratados comerciales, y la resolución de disputas en entornos multinacionales. Los abogados deben adaptarse rápidamente a este panorama, convirtiéndose en expertos no solo en leyes locales, sino también en el contexto global.

La tecnología, por su parte, ha alterado profundamente la dinámica del sector legal. La inteligencia artificial permite realizar análisis de datos complejos y predecir tendencias legales; los sistemas de automatización agilizan tareas repetitivas como la redacción de contratos, mientras que las plataformas digitales facilitan la colaboración remota y el acceso a información en tiempo real. Sin embargo, estas herramientas también han introducido riesgos relacionados con la privacidad de los datos y la ciberseguridad, exigiendo a los profesionales del derecho mantenerse a la vanguardia de estos avances.

Las expectativas de los clientes también están cambiando. Ya no basta con ofrecer un servicio jurídico competente; los clientes demandan rapidez, eficiencia y soluciones adaptadas a sus necesidades específicas. Además, esperan que la comunicación sea clara y libre de jerga legal, y que los procesos sean accesibles tanto a nivel económico como funcional.

La necesidad de metodologías innovadoras para satisfacer las demandas del mercado

Para responder a estos desafíos, las metodologías innovadoras como el Design Thinking y el Legal Design se han convertido en herramientas indispensables. Estas estrategias ponen al cliente en el centro del proceso, permitiendo a los profesionales entender sus verdaderas necesidades y diseñar soluciones personalizadas.

Por ejemplo, el Design Thinking permite a los equipos legales identificar problemas desde una perspectiva integral y multidisciplinaria, generando ideas disruptivas y prototipos que pueden ser ajustados según las necesidades. El Legal Design, por otro lado, ayuda a simplificar los procesos legales y a hacerlos más comprensibles, mejorando la experiencia del cliente y fomentando la confianza en el sistema jurídico.

Adoptar estas metodologías no solo permite satisfacer las demandas del mercado actual, sino que también posiciona a los estudios legales y departamentos jurídicos como líderes en innovación, listos para afrontar los retos del futuro con un enfoque centrado en las personas.

Las cinco fases del Design Thinking

El proceso de Design Thinking se organiza en cinco etapas clave que guían a los equipos desde la identificación del problema hasta la creación de soluciones viables:

1. Empatizar:
   En esta fase, el objetivo es comprender profundamente a los usuarios, sus necesidades, desafíos y motivaciones. Se utilizan herramientas como entrevistas, observación y análisis cualitativo para generar una conexión empática con el público objetivo.

2. Definir:
   Aquí se estructuran los hallazgos obtenidos en la fase anterior, identificando el problema central de manera clara y precisa. Esta etapa permite establecer un enfoque claro para el resto del proceso.

3. Idear:
   Durante esta etapa, se fomenta la generación de ideas innovadoras a través de sesiones creativas como brainstorming. El objetivo es explorar soluciones disruptivas que respondan al problema definido.

4. Prototipar:
   Se crean modelos o representaciones tangibles de las ideas seleccionadas. Los prototipos pueden ser simples bocetos o versiones funcionales iniciales que permitan explorar la viabilidad de las soluciones.

5. Testear:
   En esta última fase, los prototipos se prueban con los usuarios para evaluar su efectividad y recibir retroalimentación. Este proceso iterativo permite ajustar y mejorar las soluciones antes de su implementación definitiva.

   
   

Beneficios de implementar Design Thinking y Legal Design en el sector legal

El uso de metodologías innovadoras como el Design Thinking y el Legal Design en el sector legal está redefiniendo cómo los profesionales y las organizaciones abordan los desafíos del mercado. Estas herramientas no solo optimizan los procesos internos, sino que también mejoran significativamente la experiencia de los clientes, consolidando relaciones de confianza y lealtad.

1. Mejora de procesos internos y resultados:
   Al aplicar Design Thinking, los estudios legales y departamentos jurídicos pueden identificar ineficiencias en sus procesos y diseñar soluciones más ágiles y efectivas. Esto incluye desde la simplificación de trámites hasta la implementación de herramientas tecnológicas que automatizan tareas repetitivas, permitiendo a los abogados dedicar más tiempo a actividades estratégicas.
   Por otro lado, el Legal Design facilita la presentación clara y estructurada de información, lo que reduce errores y malentendidos en la gestión de casos legales. Por ejemplo, los contratos redactados con principios de Legal Design son más comprensibles para todas las partes involucradas, minimizando conflictos y potenciando la transparencia.
   En conjunto, estas metodologías elevan la calidad del servicio legal, promoviendo una mejor comunicación, resultados más precisos y una mayor eficiencia operativa.

Los clientes, especialmente en el ámbito legal, valoran la claridad, la empatía y la rapidez en la resolución de sus problemas. El enfoque centrado en el usuario que promueven el Design Thinking y el Legal Design permite crear servicios personalizados que responden a las necesidades específicas de cada cliente.
Por ejemplo, al utilizar herramientas visuales como diagramas o infografías para explicar términos legales complejos, el Legal Design logra que los clientes comprendan mejor sus derechos y obligaciones, lo que reduce la incertidumbre y la ansiedad asociadas a los trámites legales.
Además, la aplicación de estas metodologías fomenta una comunicación más abierta y accesible, aumentando la satisfacción del cliente al sentirse escuchado y comprendido. La experiencia positiva no solo fortalece la relación cliente-abogado, sino que también contribuye al crecimiento del negocio legal a través de recomendaciones y referencias.

Conclusión

En un sector tan dinámico como el legal, la capacidad de adaptarse a los cambios y responder a las expectativas de los clientes es clave para mantenerse competitivo. El Design Thinking y el Legal Design no son simples tendencias, sino herramientas fundamentales que están transformando la práctica jurídica.

Por un lado, el Design Thinking permite abordar problemas complejos desde una perspectiva innovadora, poniendo al usuario en el centro del proceso para ofrecer soluciones eficientes, creativas y personalizadas. Por otro lado, el Legal Design revoluciona la forma en que los servicios legales son presentados, haciéndolos más accesibles, comprensibles y centrados en la experiencia del cliente.

En un entorno donde la tecnología y las expectativas de los clientes evolucionan rápidamente, integrar estas herramientas hoy es el primer paso para liderar el cambio en el sector legal.

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Referentes en estos temas: ALMASTER LEGAL Athenea Saavedra López, Esq. LLM Lexia Abogados Jose Fernando Torres Varela Paulina López Ulloa Angélica Flechas HÁPTICA